Para el Nobel de Literatura

Dijo Manu Chao: "Si le dieron el nobel a Kissinger, le pueden dar el nobel a Micky Mouse". Estaria que empiecen a repartir Nobeles a todos. Ustedes cual elegirian?
No hay que subestimar a las tortugas. Nos darán una sorpresa. Y para que no digan por alli que digo muchas boludeces, algo mas serio. Menos historietitas y mas cosas "serias", de texto-texto de verdad. Un reciclado de mis viejas ideas para ver si armo un frank aceptable.
No sé, tengo esto. No será muy bueno. No será una obra memorable. Cuando lo termine sabré. Total el blog es gratis. No se espanten muy temprano. Enjoy:

Capitulo 1:

Ese maldito bip. Todo el tiempo marcando el tempo de mi vida. Constante, como recordándome que el mundo existe y que yo estoy en el. Un montón de cables y tubitos, un sinfín de aparatos, la luz raramente blanca, las paredes impregnadas de tiempo, de años tristes mezclados con la pintura, un dedo gordo de mi pie que sobresale de las mantas.
Parpadeo un par de veces. Me da la sensación de que el techo es alto, pero el equilibrio me falla un poco y por momentos es como una pared más, o el piso acaso. El metal de la puerta tintinea.
Un suave deslizar, ruido de pasos, alguien que se acerca demasiado. Lo veo y no entiendo bien que me dice. Parpadeo un par de veces más.
Se saca unos anteojos oscuros, me mira. Saca de su traje algo. Lo miro con más detenimiento, mi mente confusa me dice que algo no anda bien.
-Parece que sos un tipo duro, eh, no te querés morir más!
Saca otra cosa del traje. Un silenciador. Lo coloca sobre la boca de la pistola, luego me mira, como midiendo la distancia.
-Que lindo, la verdad. Poder matarte tan simple, sin que te estés moviendo, poder dispararte con comodidad. Que cosa.
Comprendo. Voy a morir, y no puedo hacer nada. El tipo levanta el cañón, graciosamente estirado por el silenciador. Me mira una vez más.
Ese maldito bip. Ya no es acompasado. Un sinfín de bips resuenan en la pequeña habitación, pero no se bien cual de las partes de este cubo es el piso. Un pensamiento recorre mi mente, pero no se queda allí. Lo siento recorrer mis venas, mis nervios, moviéndose por todas partes. Al final todo se detiene.
Un estruendo terrible. El bip desaparece, ahora el techo es el piso, creo, las paredes son blancas, terriblemente blancas. Un silbido terrible en mis oídos, un espasmo que recorre mi cuerpo eternamente. Nada.
El tipo ya no esta. Una mancha roja inunda la pared, con formas extrañas. Las gotas resbalan hacia arriba y asemejan árboles que crecen muy rapido. Me incorporo en la cama, pero no siento nada. Es como estar hecho de plastilina. Me toco la cara con cuidado, como si pudiera deshacerla cual si fuera un manojo de carne picada.
El tipo esta en el suelo. Su cara esta deshecha, cual si fuera un manojo de carne picada. El arma resbaló y calló bajo un mueble lleno de aparatos. Mis oídos vuelven a la normalidad. El piso es el piso de nuevo.
Pasan unos segundos. La puerta se abre.
-Eh, vamonós, que pasa…!
El tipo no entiende nada. Un instante de vacilación que no desaprovecho. Descargo el arma sobre el. Gira el tambor y el tipo cae, con los dedos sobre su pistola. Un griterío llega a mis oídos, cuando el silbido termina otra vez. Las enfermeras gritan, el lugar se llena de gente. Un par de caras conocidas entran. Estoy seguro entre la gente.-